A-Breve descripción:
La actividad la he llevado a cabo en mi aula de niños y niñas de 3 años. Son 17, forman un grupo movido, activo, muy motivado por el trabajo, y con un nivel de atención considerable, cosa que en ocasiones me sorprende gratamente dada la edad. Aún así, entre ellos hay quien su interés personal pasa directamente por la necesidad de movimiento y juego continuo, cosa que intentamos respetar siempre que no disturba demasiado al grupo y la actividad que se esté desarrollando.
El arte ha sido el recurso que he elegido por la razón que ya expliqué en la planificación previa, y es que al ser más visual creo que puede ser un buen comienzo. Elegí una obra de Pablo Picasso, “JOVEN ANTE EL ESPEJO”, y la presenté con una presentación de power-point, en la que fragmento a fragmento la comentábamos hasta llegar al total de la composición.
Comenzamos por recordar las reglas del diálogo en asamblea, y pasamos a mirar, escuchar, pensar y comentar sobre lo que yo, la maestra, preguntaba. Ante mis interrogantes “¿qué veis en esta imagen?” surgieron respuestas varias, tuvimos que recordar la idea de que hay que esperar turno, y no debemos repetir lo que dijo otro compi. Tengo que decir que la participación de los niños y niñas ha sido bastante buena. Unos se precipitaban continuamente para intervenir “yo, yo..”, otros intervenían con comentarios que nada tenía que ver con la actividad “en mi casa tengo un gatito”, y algunos sólo lo hacían si les preguntaba a ellos directamente, sólo así tomaban la palabra “Y tú, Pablo, ¿quién crees que es esa mujer?”
En ese preciso momento tuve conciencia que mi papel como moderadora, intentando no emitir juicio alguno, y por supuesto ninguna opinión personal sobre el tema. Es difícil contener nuestros propios comentarios y pasar a un segundo plano.
B- Breve análisis:
El principal objetivo que me he planteado es poner en práctica la idea de “DEJARLES PENSAR POR ELL@S MISMOS”. En un principio planifiqué hacerlo a través del trabajo de cuatro habilidades de pensamiento:
-Habilidades de percepción. OBSERVAR
-Habilidades de investigación. IMAGINAR
-Habilidades de razonamiento. RELACIONAR PARTES Y TODO
-Habilidades de traducción. NARRAR Y DESCRIBIR. TRADUCIR A VARIOS LENGUAJES
La primera dificultad que he encontrado en el tiempo que dispongo para mantener la atención de grupo así como su interés por la actividad. Pronto, muy pronto me di cuenta de que esta planificación daría para varias sesiones, porque con sólo una apenas pudimos pensar y discutir con las dos primeras.
En próximas actividades que plantearé ser más cauta con este tema. Pienso que trabajando dos tipos de habilidades ya está muy bien, sobre todo con mis pequeños de tres años. De cualquier manera pienso que recuperar la actividad en varias sesiones puede resultar interesante… ¡lo probaré!
Me gustaría comentar que cuando en el manual se nos proponía la idea de trabajar el arte a través de obras sobre todo con una referencia abstracta, me llamó la atención, y no entendía muy bien por qué no utilizar estilos realistas, donde la observación sería más fácil, y más fácil aún llegar a las mismas conclusiones. Pues bien, entiendo perfectamente ahora el por qué. NO PRETENDEMOS QUE TODOS LLEGUEN AL MISMO PUNTO. Cuando mis pequeños empezando a observar un pequeño fragmento de la obra escogida, comenzaron a interpretar desde posturas diferentes, y por supuesto todas ellas válidas. Entendí que la pintura abstracta abre todo un gran abanico de interpretaciones, tanto es así, que aún después de ver el cuadro entero, de comentarlo, de contar elementos, reconocer colores, buscar sentimientos en la expresión del personaje, no “llegaron al título final del cuadro”, no veían a una joven frente al espejo, desde el principio imaginaron a una niña contenta que encontró a su papá……Y debo confesar que “PEQUÉ”, si, sí, pequé de maestra “sabelotodo” que para poner punto y final dije el título del cuadro y lo que allí el señor Picasso había pintado: una mujer mirándose de frente a un espejo. Estoy segura que muchos de ellos aún después de mi intervención y mi interés porque “vieran” a la señora, su cuerpo, sus manos en el espejo, su reflejo, en fin lo que yo veía, ellos seguían viendo a la niña con su papá.
Esto me hace reflexionar y llegar a la conclusión que la mayor dificultad con la que me encuentro, no es la edad de mis alumnos, no es su falta de atención o su movimiento continuo por naturaleza, no es ni siquiera el número de preguntas, la habilidad que trabaje ni el recurso que escoja. La mayor dificultad es cambiar el “chip” de maestra, adoptar un papel secundario, y dejar mi pensamiento e interpretaciones para cuando me pregunten. Es un verdadero acto de contención. Me es muy difícil, y creo que es un punto a trabajar.
Si volviera a hacerlo…¿qué cambiaría?. Estoy segura que lo volveré a trabajar en mi aula, los cambios vendrían dados por las dificultades que se encuentren, y de hecho ya he comentado alguna. Y la mayor sorpresa que me llevé ha sido el miedo escénico, no de los niños y niñas, sino el propio. Sentirse “grabada” nos inquieta, es como si el objetivo de la cámara nos evaluase, y eso no me gusta, entiendo que es un elemento fantástico para la autoevaluación, y espero aprender de todos estos sentimientos y sensaciones que experimentamos una clase de 17 niñ@s y una maestra “novata”.
Eva María Ligero
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